Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el color de los ojos ( Bob Marley)

martes, 17 de abril de 2012



 

 

En 15 años, Gina Potes se ha sometido a 25 cirugías. Fue el primer caso de ese delito




En su cartera carga fotos. Una es su favorita. Ahí se ve cachetona, con el pelo negro, largo y ondulado. Su piel, morena y lisa. "Tenía 17 años. Eso fue antes", dice. Pasa las fotos como si fueran un naipe hasta llegar a las más dolorosas. A las que le recuerdan lo que le pasó. Ahí su piel se le ve a sangre viva. Una costra cubre su cuello y parte de su quijada. El labio está torcido, como si algo lo empujara hacia abajo.
Gina Potes, bogotana de 35 años y mamá de tres hijos, fue atacada con ácido hace quince años. Fue el primer caso de ese delito que se conoció en el país. Estaba en su casa, en el barrio San Vicente, en el sur de la ciudad, cuando una señora golpeó la puerta. "Me preguntó por un jardín infantil que antes quedaba por ahí. En ese momento llegó otra persona que me arrojó el ácido. Me dijo: 'Quién la mandó a ser tan bonita' ".
Tomado del Tiempo 





 

 

 

Pese al rostro desfigurado Consuelo Cañate confía en que Dios le resarcirá con una vida mejor.


 


"Llevo cuarenta cirugías. Cuarenta veces le he pedido a Dios que me lleve, que no me deje despertar de la anestesia. Pero nada. ¿Por qué será que no me lleva? ¿Usted qué cree?"


"Le advertí que no saliera a esas horas porque el barrio era peligroso. Yo tenía rabia, porque decirme esas cosas sin haberle hecho nada. Al ratico volvió y timbró. 'Me atracaron', dijo, y a mí se me pasó el mal genio y bajé. Le abrí la puerta, con doña Patricia al lado. Y ahí fue que me mandó dos veces eso y salió corriendo. Era el 24 de junio de 2001. Nunca lo he vuelto a ver."Me llevaron al Hospital El Tunal. Allá me aplicaron morfina. El dolor era cosa impresionante. Luego empezaron como a cepillarme el cuerpo. No sé qué más me hicieron porque me quedé dormida. El ácido se comió el tabique. Me sacaron un pedazo de carne de aquí, atrás, en la espalda, para hacer una nueva nariz que lleva siete cirugías y nada. Desde hace ocho años tengo que ir con estos tubos. El ácido me quemó hasta la mitad del pecho. En el cuello me quedó un hueco que fue duro de sanar. Perdí casi todo el oído izquierdo, tengo un pedacito no más. Como el ácido también me cayó en la boca,destrozó los labios y me encaramó un diente sobre otro.    Y yo    tenía   una   dentadura   linda.     Me dicen que si Dios no me ha llevado es porque voy a ser feliz al final, porqueuno cuando ha sufrido tanto tiene que ser feliz algún día, ¿no? Pero tiene que ser este año. Si no es en este año, el otro no me coge viva. Yo no le tengo miedo a la muerte".

  



Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. Martin Luther King